Flor silvestre en la Fundación César Manrique

Viaje a la isla La Gomera - De Vallehermoso a San Sebastián

Jueves 24 de marzo de 2010.

La salida desde Vallehermoso hacia el ferry, en San Sebastián (unos 42 Km) comienza en la mañana, después de un buen desayuno (café con leche, pan y tortilla española de papas).

Después, le doy una breve visita a la playa, a 3 Km de Vallehermoso, un lugar muy peligroso donde la mar se vuelca violentamente contra el acantilado, formando nubes de espuma y retumbando cada vez que las olas chocan contra la costa. Lamentablemente, esa playa trae malos recuerdos pues allí se ahogó un tío materno hace ya muchos años.

Al llegar, veo, con tristeza, que no queda casi nada del lugar que conocí y donde pasé maravillosos veranos. Todo ha desaparecido, para ser reemplazado por una piscina mal diseñada y una mole de piedra y cemento: hasta aquí ha llegado la "civilización" inculta...Todo ha desaparecido: algunas casas devoradas por el violento mar, otras destruidas por el avance de los tiempos. El antiguo "pescante" (este era una especie de grúa-muelle por donde se cargaba y descargaban las mercancías en tiempos cuando no había -y todavía no hay- un muelle para los barcos) está destruido, solo quedan piedras y escombros.

La Cueva de las Palomas, retumba con el choque de las olas.
Las partículas de agua tienen el efecto de un arco iris permanente.


Las antiguas casitas fueron reemplazadas por estos mamotretos de piedra y cemento. ¡Que pena!


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Sólo queda la antigua casa de la tía Alicia, ahora convertida en ruinas...

Solo ruinas quedan de las antiguas casas (la de la tía Alicia, aún de pié)

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En el regreso hacia el pueblo, se nos presenta esta bella estampa, una vista del Roque Cano desde la carretera de la playa.

El Roque Cano, visto desde la carretera de la playa

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Finalmente, llego de nuevo al pueblo. La subida que me espera, hasta la cumbre que bordea la isla, es muy fuerte de manera que monto la bici en un taxi (12 euros) que me lleva a la carretera que bordea el Parque Nacional Garajonay, lugar único en el mundo por su flora (laurisilva) nativa.

Tras un breve descanso tomo unas fotos y empiezo a pedalear. A San Sebastián me quedan 36 Km de carretera bastante plana. Se presenta un buen día para pedalear.


Atrás queda Vallehermoso, adelante San Sebastián (36 Km)


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La carretera, estrecha, con muchas curvas, subidas y bajadas suaves, se desliza a lo largo del Parque Nacional Garajonay, con sus variadas plantas de laurisilva, a muy buena temperatura. Este bosque es único en el mundo y provee a diario un rocío que le da vida y fertilidad a la isla. El parque ha sido nombrado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Al cabo de un (buen) rato, un poco cansado, llego al parador de turismo (Laguna Grande), desde donde hay excursiones a pié para llegar hasta el pico del Garajonay. Según la leyenda popular, Gara era una princesa gomera y Jonay el hijo de un mencey (rey) de Tenerife que se enamoraron y debido a la objeción de los padres, Jonay cruzó a nado desde Tenerife, se encontraron, se amaron y por último se lanzaron al vacío desde el punto mas alto de la isla, que es el actual monte bautizado con sus nombres: el Garajonay...

El parque recibe al visitante con información detallada

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Las veredas de helechos y laurisilvas forman una alfombra de verdes intensos, de una gran belleza. El bosque parece un lugar mágico, encantado, lleno de misterios y de un esplendor que rara vez se puede ver en ningún otro lugar de la tierra. Me considero muy afortunado de haber podido respirar este aire, tan puro, de poder llevarme conmigo estas imágenes y de poder compartirlas con quien lea este blog.


Bosque de laurisilavas y helechos en el Parque Nacional Garajonay

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Tras un buen descanso y un excelente plato de potaje de berros (plato muy típico de La Gomera) en el parador de Laguna Grande, un buen vaso de vino tinto de la tierra, continúo el viaje. Pronto, en unos 3 Km más adelante, terminan las subidas y llego al punto más alto de la carretera. A partir de ahí, y hasta llegar a San Sebastián, la vía se va aclarando, vamos saliendo del bosque y se comienza a ver un espacio de barrancos inmensos, pasando al lado del Roque de Agando, una inmensa masa de lava que cayo en ese lugar hace millones de años, con precipicios inmensos. Las vistas, además del Roque, son alucinantes y ya cerca del final, llegando a San Sebastián hay que ir con mucho cuidado pues la bajada es muy fuerte y el viento viene a ratos muy fuerte, en ráfagas que te sacan de la carretera.

Al fondo se divisa el Teide, en la vecina isla de Tenerife. Un bellísimo espectáculo. Dicen los locales que el Teide existe para el deleite de las otras islas.

El Roque de Agando, en la bajada hacia San Sebastián

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Finalmente, llego al puerto de San Sebastián con tanta suerte, un minuto antes de la salida, que soy el último en abordar el ferry.

De San Sebastián debo decir que es el último lugar que visitó Colón antes de viajar a America. Aquí oró, aquí se surtió de comida y aquí, según dicen las malas lenguas, amó a Doña Isabel de Bobadilla, esposa del Conde de la Gomera, a quien Isabel, la reina Católica, había expulsado de la corte por sus coqueterías con Fernando, el rey Católico. Todo esto suena muy romántico, pues parece que la tal Isabel de Bobadilla era de cascos un poco sueltos...

Dos horas después, tras una hora en el mar y una hora en el bus, llego a Santa Cruz, cansado pero muy feliz de haber logrado esta vuelta a mi querida isla de La Gomera. Conmigo, para siempre, los maravillosos paisajes, la gente bondadosa y amable que he conocido, los olores de los aires frescos del monte, las andaduras por Cruz de Tierno; y atrás queda también el cansancio y las dificultades en las fuertes subidas, las interminables subidas y bajadas. Al llegar, todavía tengo que hacer un esfuerzo final, unos 2 Km, para llegar a la casa. Un rato después, un buen baño con agua caliente, una cena modesta pero sana (frutas y ensalada), y a dormir, a soñar con lo vivido.

Continuará... En las islas de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura.


Y ahora, le ofrezco un album con las mejores fotos del trayecto. ¡Que se diviertan!


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