Flor silvestre en la Fundación César Manrique

7 islas en bicicleta -De Cruz de Tierno a Vallehermoso

Jueves 24 de marzo, 2011


El día en Cruz de Tierno (ver capítulos anteriores) amaneció con un sol espléndido. Después de desayunar en Roque Blanco, pasé todo el día paseando por las tierras heredadas de mi abuela, una colina de unos 30.000 m2, con vistas al mar y con paisajes magníficos en todas las direcciones. Las vistas del imponente Roque Cano, desde arriba, son impresionantes. También paseé por los caminos cercanos, en especial el que conduce a un lugar denominado "Los Zarzales", donde pasé muchos veranos de mi niñez, un lugar privilegiado por la naturaleza y actualmente propiedad de un señor alemán.

Estos paseos me traen a la memoria muchos recuerdos de mi niñez, de mis familiares ya fallecidos, de los tiempos felices en que correteaba por estos "andurriales" (palabra canaria que significa parajes o lugares con vegetación espesa), montándome en árboles, tirando piedras, ordeñando vacas, pastoreando cabras..., en fin, haciendo todas las cosas que los niños de mi época (década de 1940), podían hacer en un campo sin electricidad ni agua corriente -sólo velas y "quinqués" (especie de lámpara de keroseno o aceite) para alumbrar las cortas noches del verano.

Después de un buen almuerzo, preparo la bicicleta y, una vez más, me despido de todos los amigos y comienzo la jornada de pedaleo en dirección a Vallehermoso.

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El viaje es precioso. En todo momento el Roque Cano domina los espacios. Las vistas hacia la costa son también espectaculares.

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A medida que voy bajando, se van presentando diversos paisajes y después de una larga curva se puede visualizar el pueblito de Vallehermoso, lugar donde nació mi madre y sus hermanos, abuelos maternos y donde vivió mi familia desde hace más de 200 años (la familia Ascanio es una de las más antiguas de La Gomera).


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Al llegar al pueblo (que encuentro muy cambiado desde mi niñez), camino por sus estrechas y antiguas calles. Una de ellas, la que conduce a la playa lleva el nombre de mi tío (Guillermo Ascanio Moreno), hermano de mi madre, que fue un destacado miembro de la defensa de Madrid (comandante) durante los años de asedio del ejercito de Franco (1936-39).

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Muchas personas mayores con quienes hablo recuerdan a mi familia y los hechos de la época de Franco. Es una sensación muy extraña, llegar a un lugar donde se es recordado, donde las raices aún existen. Esta es parte de la tragedia de los emigrantes, que tenemos que rehacer nuestras vidas en tierras lejanas (en mi caso, en Venezuela), que aunque lo acojan como a un hijo más, siempre se sentirán un tanto extrajeros. El caso es que ahora también somos extranjeros en nuestra propia tierra, con raices, si, pero ya cortadas. Regresar al pasado produce una melancolía que debe ser reemplazada por este presente -presente que reemplaza todos los pasados ya inexistentes excepto en la memoria.

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Por la noche, consigo una pensión donde dormir y tras una breve cena sueño con esos tiempos en que, de niño y adolescente, viví en este lugar llamado Vallehermoso.





A continuación un álbum con fotos del día.



Continuará...

1 comentario:

  1. Qué bonito Vallehermoso. Con ese nombre no podía ser distinto. Me queda la duda sobre si hace frío allí. ¿Hay época de invierno en Canarias? ¿Cómo es esa época de invierno, si la hay?

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